Capricho No. 1 - Alfredo Piatti
No es tan común que las biografías de los instrumentistas se narren como se hace con los compositores. Y entre esos pocos virtuosos a los que la historia sigue recordando, está el violonchelista Alfredo Piatti (1822-1901). No es solo que se le recuerde por sus famosos 12 Caprichos, de los que escucharemos aquí el primero, sino que su propia vida tuvo pasajes sorprendentes, anécdotas, encuentros, dignos de seguir recordando. Incluso la de uno de los instrumentos que pasaron por sus manos, el violonchelo construido por Stradivarius que lleva hoy su nombre, pues es tocado actualmente por el violonchelista mexicano Carlos Prieto.
Nacido en Bérgamo, su padre fue concertino de la orquesta local y desde los cinco años comenzó a aprender el chelo con su tío, Gaetano Zanetti. Estudió luego en el Conservatorio de Milán, al graduarse debutó tocando su propio Concierto y comenzó una carrera fructífera viajando por Europa, hasta que, para solventar los gastos de una enfermedad, tuvo que vender su violonchelo y detenerse. Fue el compositor Franz Liszt, quien, al escucharlo después en un instrumento prestado, le consiguió uno nuevo y le recomendó que retomara su carrera. Esto lo llevó a Londres, donde se estableció fincando una importante carrera como músico de cámara, tocando en los históricos conciertos de la Sociedad Beethoven, y convirtiéndose en un reconocido profesor.
Fue ahí en Londres donde en 1875 publicó ésta que es la obra a la que más se acude hoy en día. Fueron dedicados a su amigo Bernhard Crossmann, el otro gran chelista de la época. Y contrario a lo que pudiera pensarse, la serie está más cercana al lenguaje romántico de, digamos, Chopin, donde podemos encontrar más posibilidades artísticas y emotivas, que al virtuosismo puro de los que para el violín escribió Paganini.